Hay varios estudios científicos que han demostrado que la quiropráctica y los ajustes pueden fortalecer y aumentar nuestro sistema inmunológico.
En el primer estudio hecho por Teodorczyk-Injeyan JA descubrió que tras el ajuste quiropráctico, las IL-2 moléculas aumentan en cantidad y así pueden influir en la función y producción de las T-células (un tipo de glóbulo blanco que ayuda al cuerpo a luchar contra enfermedades o sustancias dañinas).
En otro estudio igual de llamativo, (Selano, en 1994) demostró la eficacia de la Quiropráctica en pacientes afectados por el VIH. En un período de solo 6 meses notó una disminución del 8% de las células CD4* en personas que no seguían un cuidado quiropráctico mientras que personas que reciben los ajustes quiroprácticos de forma regular vieron un incremento de las mismas células en un 48%. (CD4*. Los linfocitos –T CD4 son un tipo de células cuya función principal es la de activar el propio sistema, alertándole de la presencia de patógenos para hacerles frente y luchar contra la situación).
Y por último, Ronald Pero, jefe de investigación de la prevención de cáncer en el Instituto de Medicina y profesor de medicina en la Universidad de Nueva York, lideró un importante estudio que mostraba el efecto positivo del cuidado quiropráctico sobre la salud y el sistema inmune en particular. Lo que hizo era comparar el sistema inmune de personas que recibieron cuidado quiropráctico durante más de cinco años, con el sistema inmune de personas que no recibieron cuidado quiropráctico y también con otras que tenían enfermedades como el cáncer.
Encontró que:
En los pacientes bajo cuidado quiropráctico se encontró el 200% de mayor competencia inmunológica en relación a las personas que no recibieron cuidado quiropráctico. Además, la superioridad del sistema inmune de aquellos pacientes bajo cuidado quiropráctico no disminuyó con la edad.
Ronald Pero dijo como conclusión de los resultados de la investigación que solo había visto un aumento del 200% en la competencia inmunológica en pacientes que siguen cuidados quiroprácticos, que nunca había visto una mejoría tan positiva en ningún grupo de estudio.
La Quiropráctica se centra en la columna vertebral y los nervios del sistema nervioso, que pasan por ella. Cuando estamos bajo el cuidado quiropráctico nuestro sistema inmune mejora de forma muy significativa.
Cuando mejoramos las subluxaciones de las vertebras en la columna vertebral, restauramos la comunicación entre el cerebro y el cuerpo para que pueda mejorar y mantenerse de forma innata.
Todo este estudio importa porque demuestra que la quiropráctica puede ayudar a nuestras defensas tras un cuidado periódico.
Hay muchas personas que solo piensan en la quiropráctica como una herramienta eficaz para ayudar con dolores de cabeza, cuello y espalda. Pero la verdad es que no hace falta tener ningún problema para beneficiarse de los cuidados quiroprácticos. A revés, la Quiropráctica ayuda a las personas a evitar problemas, aumentando nuestro bienestar, apoyando una vida llena de vitalismo, y con más calidad para disfrutar las cosas que queremos.